miércoles, 26 de febrero de 2014

Pueblos Originarios 8: Mapa


Pueblos Originarios 7


Pueblos Originarios 6: Mapuches y Guaraníes


Pueblos Originarios 5: Comechingones y Huarpes


Pueblos Originarios 4: Onas y Tehuelches


Pueblos Originarios 3: Guaycurúes y Matacos


Pueblos Originarios 2: Diaguitas y Humahuacas


Pueblos Originarios 1



ISONDÚ



Cuando todos los guerreros hubieron muerto a manos del cruel invasor, Isondú, la fiera hija del cacique, tomó las armas, con las jóvenes de la tribu, resuelta a defender sus tierras. Así comienza una antiquísima leyenda guaraní que explica el origen del isondú, gusano de luz.
Mucho trabajo dieron las tropas de Isondú a sus enemigos, quienes, después de lenta y ruda lucha, consiguieron encerrarlas en un sector de la selva, donde finalmente lograron hacer prisionera a la jefa y veintidós de sus guerreras, únicas sobrevivientes de la fémina hueste.
Irritados por la larga resistencia y la muerte de muchos y fuertes guerreros, iban los vencedores a desahogar su ira sobre las cautivas, haciendo participes de la venganza a toda la tribu. Ataron a las guerreras –Isondú a la cabeza- en hilera, unidas por un fuerte ramal que se ajustaba a sus desnudos cuellos y, custodiándolas, iniciaron la marcha hacia sus tolderías, apresurando el paso de las cautivas con golpes y puntazos de lanza.
Ni un gesto de dolor, ni un grito, ni un llanto dejaron escapar las fieras guerreras. Isondú, a la cabeza de la triste caravana, no cesaba de invocar a Tupá para que la salvara de la vergüenza.

Cayeron las sombras de la noche; se acercaban al poblado de sus cautivadores, cuando Tupá, oyendo los ruegos de Isondú, produjo el milagro: la larga hilera de prisioneras que serpenteaba entre los árboles se fue transformando hasta adquirir la forma de ese maravilloso gusano de luz que es el isondú, que lleva veintidós linternas laterales, una por cada guerrera, y otra en la cabeza por su indómita jefa.

martes, 25 de febrero de 2014

La flor del irupé Leyenda guaraní



Blanca y roja es la flor del irupé. Blanca como la pureza, roja como la sangre. Así eran Morotí y Pitá, los amantes guaraníes. Morotí era la joven más hermosa de que se tuviera memoria. Todos los jóvenes de la tribu suspiraban por ella. Pero su corazón pertenecía a Pitá, el guerrero. Daba gusto verlos pasear por la tarde a la orilla del río. Pitá era el más fuerte y valiente de los jóvenes guaraníes, pero se sometía a los deseos de Morotí. Ella lo amaba, pero era coqueta y caprichosa, y se sentía complacida sabiéndose dueña de la voluntad del guerrero.
En uno de aquellos gozosos paseos por la ribera del Paraná que hacían junto a otros jóvenes, los vio Nandé Yara, el Gran Espíritu de las Aguas. Ofendido por la coquetería de Morotí, decidió castigarla para que diese ejemplo a las otras jovencitas de la tribu, y le inspiró una idea de la que pronto se arrepentiría...
Morotí se quitó la pulsera que adornaba su brazo y la arrojó a las oscuras aguas. Luego le pidió a Pitá que la recuperara. Pitá no dudó un instante. Como guerrero guaraní era un nadador excelente. Zambullirse en las tranquilas aguas y recobrar la joya le llevaría unos segundos. No le importaba cumplir con el capricho de Morotí, cuando era tan sencillo de realizar. Tomándolo
como un juego, se lanzó a buscar el brazalete en el punto donde se había hundido.

Morotí, orgullosa del dominio que tenía sobre su prometido, se lo hizo notar a sus amigos. Todos reían. Los guerreros, porque la prueba era sencilla, sin complicaciones, y Pitá regresaría en unos instantes con la joya. Las muchachas, porque admiraban la forma en que Pitá respondía sin pensar a los caprichos de su amada.
Pero Pitá no regresaba, y poco a poco las risas se transformaron en preocupación y luego en terror. Morotí comenzó a sentir remordimientos por su acto de vanidad. SÍ Pitá no volvía a la superficie, era por culpa de su estúpida idea. Pasados unos minutos se hizo evidente que el guerrero no volvería, que había encontrado la muerte en los remolinos del gran río, buscando en vano el brazalete de su novia.
Morotí no podía creer que la fuerza de Pitá se hubiera agotado luchando en la corriente. Debía estar retenido por la hechicera del río, I Cuña Payé. SÍ era así, Pitá estaba preso en el fondo, en un palacio construido en oro y piedras preciosas, en una gran sala donde la bruja lo dominaba con su seducción.
Tan clara era esta imagen en la mente de Morotí, que sin vacilar se arrojó al agua, dispuesta a rescatarlo. Si lo conseguía, borraría su culpa. Si caía ella también bajo el embrujo de I Cuña Payé, al menos moriría junto a su amado...
Sus acompañantes no reaccionaron a tiempo para impedírselo. Se quedaron mirando, horrorizados, el lugar donde los amantes se habían hundido. Algunos corrieron al poblado a dar aviso de la tragedia. El gran hechicero de la tribu practicó un exorcismo sobre las aguas para vencer las fuerzas miste riosas que operaban allí. Pero pasó la noche, y el amanecer los encontró en la orilla llorando la muerte de sus amigos. Ya comenzaban a retirarse con tristeza, cuando vieron algo maravilloso subir a la superficie: una flor que se abrió ante sus ojos con un suspiro.
Era una flor fragante, de hojas redondas que flotaban sobre el agua, tan grandes que las aves y algunos mamíferos podían pararse sobre ellas sin hundirse. Los pétalos del centro eran de un blanco deslumbrante, como la pureza de Morotí, y los envolvían amorosamente unos pétalos rojos, como el corazón del valiente Pitá. Irupé, aquella flor, nacida del arrepentimiento y del
amor, había sido creada por el dios Tupa como encarnación del alma de los enamorados.




Graciela Repún (recopiladora)
La flor del irupé Leyenda guaraní

Ilustrado por Claudia Degliuomini

El Ceibo



Era Anahí, reina de una tribu de guerreros indómitos, la mas fea de las indias.
Anahí era la mas fea, pero su voz era dulce, la más dulce de cuantas se habían escuchado en las margenes del río Paraná... Anahí era fea, pero hosca y rebelde, había albergado en su alma toda la bravura de una raza perseguida y los suyos, que la adoraban, la seguían gozosos al combate contra el invasor.
Un día aciago, tras la derrota, vino el cautiverio; hecha prisionera intentó fugar dando muerte a su centinela.
Fué condenada a morir quemada.
La ataron al tronco de un árbol bajo y de anchas hojas, amontonaron leña seca a su alrededor y le prendieron fuego. Anahí quedó a poco envuelta en los resplandores de la hoguera.
Su cuerpo fué cambiando de color; se tornaba cada vez mas rojo e iba adquiriendo forma extraña ante la mirada atónita de sus verdugos.
Cuando las primeras luces del día iluminaron el lugar se vió el árbol cuajado de extrañas flores rojas. El cuerpo de Anahí había desaparecido.
 Así nació la flor del ceibo, que encarna el alma pura y altiva de una raza que ya no existe. "
Como ven desde la flor nacional ya nos impone un ímpetu combativo...

EL PECHO COLORADO Y EL GORRIÓN



Ésta leyenda se refiere al origen del gorrión y del pecho colorado o estornino fueguinos.
Hace muchos años hubo entre los onas un guerrero de corta estatura, pero muy ágil, fuerte y valiente, que desafió a luchar a todos los hombres de una tribu vecina. Éstos eligieron como campeón a un gigante de poderosa musculatura que doblaba en estatura y peso al desafiante.
Llegado el momento de la confrontación de las dos tribus reunidas rodearon a sus campeones y comenzó el torneo. El pequeño luchaba magníficamente, cuando  de pronto su rival agarró a su rival con una mano de los cabellos y con la otra del cuello, comenzando a tirar y apretar con fuerza creciente amenazando ahogarlo.


No por eso se amilanó el pequeño, antes bien, comenzó a debatirse furiosamente, tratando de zafarse; en un momento oportuno, propinó a su rival un feroz golpe de puño en la nariz obligándolo a soltarlo, en tanto la sangre manaba en abundancia.

Cuando se separaron, el gigante con el pecho manchado de sangre se convirtió en el hermoso estornino fueguino, en tanto que el pequeño, con su copete y su mancha en el cuello, quedó transformado en el gorrión.

EL DELTA DEL PARANÁ


     

 El hecho extraordinario que relata esta leyenda, ocurrió en tiempos en que reinaban  los timbúes, en las plácidas costas del Río Paraná, casi en el lugar de su desembocadura.
            Dícese que un día el viejo y sabio cacique, cansado de aguantar las frecuentes travesuras de su hijo primogénito, le llamó y habló de esta manera:
            —¡Ya eres un hombre, Junco!... pronto tendrás que reemplazarme en el gobierno de la tribu y me apena ver tu poca formalidad ¡No haces otra cosa más que andar correteando por los montes, sin preocuparte por nada serio!...
            —¡Es que son tan bellas las flores y los pájaros, padre!...
            —Comprendo, pero es necesario que aprendas a trabajar como el resto de los hombres. De lo contrario dejaré esta tribu a tu hermano menor.
            —¿Y qué  debo hacer, padre?...— Preguntó Junco arrugando el entrecejo.
            —¡Demostrarme que eres capaz de hacer algo útil!
            —¡Está bien!...—dijo el mocetón y se alejó sin que nadie volviera a saber de él en muchos años.
            En cuanto Junco se halló lejos de la presencia de su padre, dirigióse a la choza de su inseparable amigo Ceibo para cambiar ideas.
            —¿Qué piensas hacer ahora?...—inquirió Ceibo.
            —Demostrarle a mi padre que no solamente soy capaz de trabajar, sino que hasta puedo crearme un reino con mi esfuerzo.
            —Pero...¿sabes tú lo que eso significa?
            —¡Ya verás!...¡Cuando precise tu ayuda vendré a buscarte!...¡Adiós!
            Saltó Junco a su canoa y se lanzó río abajo hasta llegar a la desembocadura.
            Una vez allí, sentado a la orilla del gran río, se puso a mirar el agua con tristeza, mientras pensaba:
            —¡Qué lejos estoy de mi pueblo!...¡Ya no veré jamás a mis amigos! ¡Ya no tendré la suerte de escuchar, como este río, sus voces y sus risas al pasar por la ribera!... ¡Cuán infeliz soy, pobre de mi!...
            A punto estaba de llorar, cuando vieron sus ojos que las aguas arrastraban una gran cantidad de limo.
            —¡Dioses!...—gritó lleno de júbilo—¡estas tierras vienen de mi país! ¡Ellas habrán sido labradas por mis hermanos!... ¡Acaso traigan las nobles cenizas de mis abuelos!... ¡Las juntaré y formaré con ellas una isla!... ¡De este modo me sentiré más cerca de los míos! —y...uniendo la acción a la palabra, hundió sus pies en el limo y comenzó a reunir los materiales arrastrados por el río.
            Poco después los pájaros y las nubes vieron surgir de las aguas una pequeña isla.
            Terminada esta pequeña tarea, Junco buscó la ayuda de su amigo Ceibo y entre ambos siguieron construyendo islas y más islas, hasta formar nuestra hermoso Delta del Paraná, ¡verdadero paraíso donde flores, pájaros y frutos, contribuyen a endulzar la vida!...

            Y ... concluye diciendo la leyenda que no sólo perdonó el cacique las faltas de su hijo, sino que instalando su tribu en esas islas, le ayudó a completar la obra.  

El Hornero



Frente a la entrada de su choza el indio transformaba el barro en hermosas vasijas y pulidos platos. No en vano era el mejor alfarero de su pueblo; un verdadero artista modelando.
Su alegría era grande, inmensa la dicha que traslucían sus ojos y su voz; al día siguiente iba a casarse con la joven más hermosa de la tribu, también alfarera.
Pero esa  noche el hechicero, consultando al cielo, presagió grandes desgracias derivadas de aquel matrimonio. Bajo tal influencia el cacique prohibió su realización.
Los enamorados convinieron fugarse, para buscar la dicha en la soledad de la selva donde establecerían su hogar.
A la noche siguiente huyeron de su pueblo, pero los indios los persiguieron lanzando flechas cuyas agudas y envenenadas puntas mataron a los jóvenes enamorados.
Cuenta la vieja leyenda que la pareja no desapareció de la tierra de sus mayores;  ambos se transformaron en esas hermosas y simpáticas avecillas que empleando su habilidad para modelar, hacen cantando su nido de barro.

Así nació el hornero, pájaro laborioso de los campos argentinos.

EL RATÓN


         

    Los yaganes poseen una interesante leyenda humorística que se refiere al origen del ratón, y que es, en sustancia, como sigue:
            Hubo una vez un yagán de corta estatura que alardeaba de valiente y fuerte, llegando a desafiar a los más bravos luchadores de la tribu, quienes no hacían caso de sus bravatas.
            En una ocasión en que sus chillidos y amenazas fueron demasiado lejos, uno de los presentes, ofendido, lo corrió amenazándolo con su lanza. El enano trató de huir y como la puerta principal de la choza estaba obstruída lo hizo por la del fondo que era muy baja; para ello tuvo que agacharse y su enemigo, tentado a la vista del blanco que le ofrecía, clavóle la lanza en las traseras partes.

            Huyó el pequeño dando fuertes chillidos, y entre las risas de todos, arrastrando la lanza para transformarse en ratón antes de desaparecer.

EL OMBÚ



Dios repartía sus dones a los árboles y éstos se adelantaban a elegir atributos y belleza. Yo quiero ser fuerte—dijo Ñandubay— y fue más duro que la piedra, más resistente que el hierro.
—Mi ideal es ser saludable— exclamó la Anacahuita— y lo consiguió.
Al Jacarandá le concedieron esa agilidad de verso temblante, lírica en la primavera cuando luce su penacho lila maravilloso. El Laurel reclamó hojas oscuras y lustrosas. El Espinillo se adornó con sus áureos pompones perfumados. La Pitanga y el Guaybiyú, pidieron azucarados frutos. El Ceibo se decoró de bellas flores rojas. El Tala quiso rudeza india de nudos y espinas. El Viraró, elegancia. El Sauce Llorón, poesía. El Sinasina, transparencia. El Ñapindá, avaro, reclamó uñas. La Aruera, un poder misterioso para castigar a los inciviles que no le rindieran homenaje. El Paraíso, aroma. Y las Tacuaras, esbeltas y musicales, solicitaron ser útiles para las picanas del trabajo y para arrancar una sonrisa de júbilo a los niños como armazón de la luminosa cometa.
Después vino el Ombú. Dios había agotado todos sus dones.
—¿Qué te puedo ofrecer, pobre Ombú?
—Sombra para el descanso de los hombres.
—Todos la poseen.
—Corpulencia para ser un índice en la vastedad de la llanura, para que el gaucho desde la lejanía sienta la emoción del hogar tibio que le espera.
—¿Y que más, Ombú?
—Deseo que mi leña sea débil, esponjosa, y frágil; que no resista a una ensambladura o a un clavo. Que se quiebre a la menor presión; que se vuelva polvo al contacto del sol o de la lluvia.
—¿Y por qué, Ombú, no pides color, dar flores o sabrosos frutos? ¿Por qué no quieres tener una bella madera?
—Padre mío —contestó el Ombú humilde—, sé que una vez vino al mundo un Hombre bueno que predicaba el amor, la justicia, el bien… Los demás hombres lo persiguieron, lo condenaron y lo crucificaron en una cruz hecha con el dolor de algún árbol hermano. ¡Aún existen soñadores en la tierra!…

Déjame contento, concediéndome lo que te pido. Tendré la conciencia tranquila, pensando que nunca contribuiré al crimen de asesinar a un justo. 

El chajá


Era una tarde sofocante de verano, Yasy (la luna) bajo la apariencia de dulce madre, con un hermoso niño de la mano, iba por la selva. Tupá le había encomendado que averiguara cuales eran, entre los seres humanos, los buenos y los malos.
Torturados por la sed llegaron a un arroyo donde dos mujeres lavaban ropas. Yasy les pidió agua para ella y para el niño que padecía horriblemente. Las lavanderas le señalaron la corriente enturbiada por su trabajo. Inútiles fueron sus ruegos, inútil el llanto lastimero del niño.
Yasy se retiraba cabizbaja cuando llegaron los esposos de las lavanderas y la llamaron ofreciéndole agua en una calabaza. Se aproximó presurosa, apremiada por el llanto del niño, pero no pudo beber: lo que le ofrecían era agua de jabón.
Los cuatro se reían de la pobre forastera, cuando les llegó el terrible castigo de Tupá: fueron metamorfoseándose en aves. Al notar el cambio, una de las lavanderas quiso pedir perdón, pero sólo pudo exclamar: ¡Cha-jhá! (vamos), y los cuatro se alejaron chillando: ¡Cha-jhá! ¡Cha-jhá!!.

Desde entonces, en castigo de su impiedad, se vieron condenados a vivir por parejas entre las aguas cenagosas y su carne es fofa y con gusto semejante al de la espuma de jabón.

8 de Marzo: "Día Internacional de la Mujer"


Un 8 de marzo de 1857, un grupo de obreras textiles tomó la decisión de salir a las calles de Nueva York a protestar por las míseras condiciones en las que trabajaban.
Distintos movimientos se sucedieron a partir de esa fecha. El 5 de marzo de 1908, Nueva York fue escenario de nuevo de una huelga polémica para aquellos tiempos. Un grupo de mujeres reclamaba la igualdad salarial, la disminución de la jornada laboral a 10 horas y un tiempo para poder amamantar a sus hijos. Durante esa huelga, perecieron más de un centenar de mujeres quemadas en una fábrica de Sirtwoot Cotton, en un incendio que se atribuyó al dueño de la fábrica como respuesta a la huelga.
En 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras celebrada en Copenhague (Dinamarca) más de 100 mujeres aprobaron declarar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Actualmente, se celebra como el Día Internacional de la Mujer.

¿Por qué se celebra el carnaval?

 A pesar de que el origen de los disfraces por carnaval provenga del antiguo Egipto, originalmente, los cristianos fueron quienes comenzaron a celebrar el carnaval en homenaje a la llegada de la Cuaresma. En los días previos, los creyentes cristianos comían carne por última vez  para ayunar los 40 días posteriores, en los que se recuerda el tiempo que pasó Jesús en el desierto, además de los 40 días que duró el diluvio universal y los 40 años de marcha del pueblo judío. Fue, precisamente, el hecho de comer carne por última vez hasta el fin de la Cuaresma, lo que le otorgó el nombre de “Carnaval”, procedente del latín carne-levare “abandonar la carne”.

Con el tiempo, el Carnaval ha pasado a ser una fiesta pagana que llena de humor, color y diversión las calles de numerosos rincones del planeta. Actualmente, el carnaval más grande del mundo se celebra en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil, pero existen otros muy importantes e internacionalmente reconocidos como puede ser el Carnaval de Venecia o el de Barranquilla.

Hora. Ejercitación


Hora: ejemplos


La hora


Caras y vertices


Caras y arístas



Ejemplos plano de coordenadas


Plano de Coordenadas


Reglas de Multiplicación



Redondear


Eclipses

Cuando un objeto del espacio se interpone entre el Sol y otro objeto, y proyecta su sombra sobre ese objeto, se produce un  eclipse . Los eclipses se producen cuando la Luna pasa por la sombra de la Tierra y cuando la sombra de la Luna cae sobre una parte de la Tierra.


Eclipses lunares
La mayor parte del tiempo, el reflejo de la luz solar  ilumina la Luna. Sin embargo, durante la fase de  Luna llena, la Luna y el Sol se encuentran en lados opuestos de la Tierra. Muchas veces, la Luna pasa por encima o por debajo de la sombra de la Tierra. Un  eclipse lunar  se produce cuando la Luna pasa por la sombra de la Tierra.
Si durante el eclipse solo una parte de la Luna queda bajo la sombra de la Tierra, la Luna se vería como si alguien le hubiera dado un mordisco. Este es un eclipse parcial. Si toda la Luna queda bajo la sombra de la Tierra, es un eclipse de luna total.
Un eclipse lunar puede durar hasta 100 minutos. Puede ocurrir varias veces al año. Cada eclipse es visible solo en lugares determinados. El lugar de la Tierra desde donde se puede ver el eclipse depende de la posición de la Luna en la sombra de la Tierra.


Eclipses solares

Cuando la Luna pasa entre el Sol y la Tierra, y proyecta su sombra sobre la Tierra, se produce un  eclipse solar. Desde la Tierra, este fenómeno se ve como si algo fuera cubriendo lentamente el Sol. Se  puede observar el eclipse solar solo en los lugares de  la Tierra donde la Luna proyecta su sombra. Durante un eclipse de Sol total, el día puede  oscurecerse como si fuera de noche. Los eclipses de sol totales duran hasta 7,5 minutos.

Fases de la Luna

Si miras la Luna en diferentes días del mes, verás que su forma parece cambiar. La mitad de la Luna mira al Sol y la luz solar se refleja desde la superficie de esa mitad.Cuando la mitad iluminada de la Luna mira directamente a la Tierra, la Luna parece un círculo de luz completo. Esto se llama Luna llena.

Vemos la Luna llena solo brevemente cada vez que la Luna gira alrededor de la Tierra. El resto del tiempo, solo una parte de la mitad iluminada de la Luna mira a la  Tierra. Entonces, podemos ver solo una parte del círculo  de luz completo. Durante un corto período, no podemos ver ninguna parte de la mitad iluminada de la Luna. Por lo tanto, no vemos la Luna en absoluto. Entre los períodos en que podemos ver la Luna llena y los que no la vemos en absoluto, la Luna parece tener distintas formas. Todas estas formas de la Luna se llaman fases de la Luna.


El Sol, la Luna y la Tierra


Voy a a describir las fases de la Luna. Algunas noches puedes ver la Luna en el cielo. A veces incluso la puedes ver durante el día. La Luna parece brillar con luz propia, tal como brilla el Sol. Pero la Luna no produce realmente su propia luz. Puedes ver la Luna porque la luz solar se refleja sobre su superficie. La Luna gira alrededor de la Tierra describiendo una órbita. Este recorrido dura casi 28 días.

La Luna gira alrededor de un eje. Cada vez que la Luna completa un giro, también se desplaza una vez alrededor de la Tierra. Como resultado, el lado de la Luna que mira hacia la Tierra siempre es el mismo. Ese es el único lado que podemos ver desde la Tierra.

El eje de la Tierra



Mientras lees esto, quizá no sientas que te estás moviendo. Sin embargo, te mueves. La Tierra siempre se mueve. Una de las formas en que la Tierra se mueve es girando alrededor de su eje. El  eje  de la Tierra es una línea imaginaria que une el Polo Norte y el Polo Sur. Observa el eje de la Tierra en el diagrama. Observa que el eje no es una línea que va directo de arriba abajo. Está inclinado.
Si pudieras mirar el Polo Norte desde arriba, verías que la Tierra gira de oeste a este. Esta dirección es opuesta a la dirección en la que se mueven las agujas de un reloj.

El día y la noche
El giro de la Tierra causa el día y la noche. La Tierra da una vuelta completa alrededor de su eje, o hace una  rotación , cada 24 horas. Durante este tiempo, la mitad de la Tierra está de frente al Sol. En esta mitad de la Tierra es de día. En la mitad que no mira al Sol es de noche. Mientras la Tierra gira, o rota, una parte diferente de la Tierra gira mirando al Sol.
La rotación de la Tierra también causa cambios en cómo vemos el Sol en el cielo. Estos cambios siguen un patrón.

En la mañana, el Sol parece salir por el Este. Durante el  día, el Sol parece atravesar el cielo y luego ponerse por el Oeste. Quizá creas que el Sol se mueve alrededor de la Tierra. Pero el Sol solo parece moverse a través del cielo. En realidad, es la Tierra la que se mueve.

Lunas, asteroides y cometas



Nuestro planeta tiene una sola luna que es bastante pequeña comparada con la Tierra, pero se ve grande porque está más cerca que los otros planetas. Hay planetas, como Saturno, que tienen muchas lunas.Las lunas son satélites naturales que orbitan alrededor de algunos planetas.
Nuestra luna gira alrededor de su eje, igual que un trompo. También orbita la Tierra siguiendo una  trayectoria que demora casi 28 días.

Los asteroides son rocas de diversos tamaños que orbitan alrededor del Sol. Son mucho más pequeños que los planetas. Los cometas son bolas de gas congeladas que también orbitan alrededor del Sol y se caracterizan por tener una cola.  A veces se pueden ver cuando pasan cerca de la Tierra.

Plutón, un planeta enano

Un pequeño objeto rocoso y frío llamado Plutón orbita muy lejos del Sol. Hasta 2006, Plutón se consideraba el noveno planeta del Sistema Solar. Después, los científicos decidieron incluir a Plutón en un grupo diferente. Ahora se llama planeta enano. Plutón es más pequeño que la Luna de la Tierra.

Los planetas exteriores

Los planetas exteriores son Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Los planetas exteriores son muy diferentes de los planetas interiores. A diferencia de los planetas interiores rocosos, los planetas exteriores son enormes y están formados principalmente por gases. Se los llama gigantes gaseosos. Su superficie no es sólida. En estos planetas hay capas de nubes densas y vientos fuertes. Además, tienen anillos a su alrededor. Los anillos de Júpiter son difíciles de ver.


Los planetas interiores

Los ocho planetas conocidos se dividen en planetas interiores y exteriores según su distancia desde el Sol. Los cuatro planetas interiores son Mercurio, Venus, Tierra y Marte. Los planetas interiores tienen algunas características en común. Son los planetas más cercanos al Sol y todos tienen una superficie rocosa. Pero también tienen muchas diferencias.


Distancia desde el Sol






El Sistema Solar es un lugar inmenso. Venus es el planeta más cercano a la Tierra. Pero está a unos 42 millones de kilómetros de la Tierra. La tabla muestra la distancia entre cada planeta y el Sol.


Partes de nuestro Sistema Solar

Este diagrama muestra los ocho planetas que giran alrededor del Sol. Muchos de estos planetas tienen satélites naturales o lunas. El Sol, los ocho planetas con sus satélites y otros objetos que giran alrededor del Sol forman el  Sistema Solar . El Sol es el centro del Sistema Solar.

Un camino alrededor del Sol



Vivimos en el planeta Tierra. Un  planeta  es un cuerpo de gran tamaño, con forma de bola, que se mueve alrededor del Sol. La Tierra es uno de los ocho planetas que giran alrededor del Sol.
El camino que recorre un planeta, mientras se mueve alrededor del Sol es su órbita. Los planetas recorren una órbita cuya forma es ligeramente elíptica.




Traslación alrededor del Sol
Ya sabes que la Tierra rota sobre su eje. La Tierra también se desplaza, o se traslada, alrededor del Sol. La Tierra realiza una  traslación  cuando da una vuelta completa alrededor del Sol. Una traslación tarda aproximadamente un año. Mientras la Tierra gira alrededor del Sol, el eje inclinado de la Tierra siempre apunta en la misma dirección en el espacio.

Estaciones
Un año se divide en cuatro estaciones: primavera, verano, otoño e invierno. Las estaciones son el resultado de la inclinación del eje de la Tierra y de la traslación del planeta alrededor del Sol.
A medida que la Tierra gira alrededor del Sol, diferentes zonas del planeta quedan inclinadas hacia el Sol. En la imagen de la página anterior, observa la posición de la Tierra en junio. La mitad sur de la Tierra está inclinada en dirección opuesta al Sol. La mitad sur recibe rayos de luz solar menos directos que la mitad norte y se calienta menos. Es verano en la mitad norte e invierno en la mitad sur.

Ahora, observa la posición de la Tierra en diciembre. La mitad sur de la Tierra está inclinada hacia el Sol. La mitad sur recibe más luz solar y sus temperaturas son más cálidas que en la mitad norte. Es invierno en la mitad norte y verano en la mitad sur. En marzo y en septiembre, ninguno de los extremos del eje terrestre apunta hacia el Sol. Ambas mitades de la Tierra reciben la misma cantidad de luz solar.

Configuración de las estrellas



Se pueden encontrar grupos de estrellas en distintas  áreas del cielo. Algunos grupos de estrellas parecen formar figuras. Para formar cada figura, imagina líneas trazadas entre las estrellas. Traza las líneas en la ilustración de abajo.
Las estrellas que forman estas figuras parecen estar muy cerca entre sí en el espacio. En realidad, están muy lejos. Algunas estrellas están más lejos de la Tierra que otras. Si observaras las mismas estrellas desde el espacio, no  formarían la misma figura.

 Las figuras de las estrellas que puedes ver cambian con las estaciones. A medida que la Tierra gira alrededor del Sol, estas figuras están en diferentes partes del cielo.

Tipos de estrella

En una noche despejada puedes ver miles de estrellas. Todas las estrellas, excepto el Sol, parecen puntos de luz porque están muy lejos.
Los científicos usan características físicas, tales como el brillo, el tamaño, el color y la temperatura, para describir las estrellas.
Si comparamos el brillo de distintas estrellas, nos podemos dar cuenta que hay unas estrellas que brillan más que otras. ¿Por qué crees que vemos que no  brillan de la misma manera? Hay distintas razones para explicar eso. Una de ellas es la distancia de la Tierra,  pero también, ¿serán todas  las estrellas iguales?
Nuestro Sol y la mayor parte de las estrellas del Universo son similares. Sin embargo, el tamaño de las estrellas puede ser diferente; por ejemplo, nuestro Sol es de tamaño medio. Algunas estrellas son más grandes que nuestro Sol. Otras estrellas son más pequeñas. Con el tiempo, el tamaño de una estrella también puede cambiar.

La temperatura y el color de las estrellas también pueden ser diferentes. Las estrellas pueden ser rojas, anaranjadas, amarillas, azules y blancas. El color de una estrella es una consecuencia de su temperatura; por ejemplo, las estrellas azules como Espiga son más calientes que las estrellas anaranjadas como la Estrella de Bessel.

Las estrellas y la luz




¿Alguna vez te has sentado afuera a mirar el cielo en una noche despejada? ¿Viste algunas estrellas? Una  estrella  es una bola gigante de gases calientes y brillantes que emiten energía.

La luz de las estrellas tarda en llegar a la Tierra. La luz viaja a 300 000 kilómetros por segundo. ¡Es muy veloz! La luz del Sol, que es una estrella, tarda alrededor de ocho minutos y medio en llegar a la Tierra. La luz de otras estrellas tarda más. La distancia que recorre la luz de las estrellas se mide en años luz. Un  año luz  es la distancia que la luz viaja en un año.

Pirámide alimentaria

Cuando eras un bebé solamente bebías leche. No necesitabas dientes para comer. Pero al ir creciendo también crecieron tus dientes.
Así empezaste a comer diversos tipos de comida. Existen grupos alimenticios, todos importantes, que no pueden reemplazarse. Los alimentos del día deben incluir el número de porciones que aconseja la  pirámide alimentaria .


¿Por qué agrupar los alimentos?

Agrupar los alimentos ayuda a decidir qué conviene comer. Una forma de agruparlos es considerando el aporte que realizan en nuestro organismo.